.... y nos quedan los colores del Capo, nuestra segunda casa desde que el buen tiempo asoma su naricita. Incontables cafés con leche ( very relaxing, si se me permite la broma facil), risas, salsa, pintura, mojitos... amaneceres y puestas de sol azul cielo y rosa perla, pre-ci-o-sos; el va-i-vén de los balancines de madera con los pies secuestrados en una arena fina y cálida a veces, fresquita otras, pero siempre una bocanada de libertad, una gran pausita interna...
gracias otro año por tus colores, Capo
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