Yo no sé si fué el bochorno de las noches de Agosto y mi deseo intenso de volverte a ver. Pero aquella madrugada de desvelo y mosquitos fijé la mirada y creí distinguirte entre los arbustos...primero fué como un reflejo, dos gemmas brillantes moviéndose ágilmente sobre azabache. Pero luego descubrí la bella figura de un gatito negro como tú acercándose sigiloso a los nispereros. No pude contener un gritito de alegría y salí corriendo a dejarte algo de comida en el lugar de siempre. Dudaste y sólo cuando me retiré a mi escondrijo entre la menta y el jazmín te decidiste a saltar el muro con mucha cautela. Es él.. pensé... Pero enseguida como escuchando mis pensamientos levantastes la cabecita regalándome esa mirada impasible y felina de amo y fiera , y desapareciste de un salto..
Me fui a la cama feliz aún sin saber si eras tú o otro gato negro callejero tumbando por el barrio. Nando y yo creímos verte otros tantos días después pero a pesar de que de vez en cuando te dejo comida ya no has regresado.. y temo fueras un sueño de una noche de verano...
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